8M2024
FEMINIDAD NO ES FEMINISMO
LA VERDAD ES ABOLICIONISTA
Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, las mujeres del Bloque Abolicionista d’Asturies nos desvinculamos del manifiesto oficial para rebelarnos contra la cancelación y las mordazas que, en nombre de la diversidad y la inclusión,se imponen a la mayoría absoluta de la humanidad, más del 50 %: las mujeres y niñas. Por tanto, este año, el bloque feminista, en aras del fin de la opresión que pedimos desde hace más de dos siglos,
MANIFESTAMOS
Que estamos hartas de que nos definan a través de la opresión patriarcal y, por ello, venimos a mostrar la realidad tal y como es y a denunciar que:
No somos lo que el patriarcado pretende hacer de nosotras.
Ser mujer no es “sufrir más violencia, más discriminación, más opresión”, pero sufrimos violencia y discriminación cuando intentamos romper ese molde artificial tan bonito que han fabricado para nosotras llamado género, feminidad, en el que cabe de todo menos nuestra voluntad, nuestro deseo, nuestra libertad y nuestro cuerpo, y que sólo esta pensado para cosificarnos, utilizarnos y someternos; por eso las feministas nos negamos a que se considere nuestra identidad.
Las mujeres nos levantamos contra los mandatos de género cuando nos rebelamos contra la sumisión, obediencia y acatamiento subyugado al hombre; cuando decimos NO y descartamos los cuidados y la maternidad como única función en la vida; cuando rompemos con los estereotipos y dejamos de perseguir la belleza y la sexualización como única forma de reconocimiento y cuando nuestra orientación sexual no está dirigida a los hombres. Entonces aparece la violencia, nos censuran, violan, maltratan y asesinan.
Si además denunciamos la injusticia y la desigualdad, reclamamos nuestro espacio en lo público y nos proclamamos sujeto de derecho, si aspiramos a ejercer nuestra libertad como seres humanos y desafiamos al sistema patriarcal en cualquiera de sus formas, la violencia y el maltrato se institucionalizan.
Ninguna mujer se siente mujer porque no es algo que sintamos, sino que somos.
Vernos imitadas y parodiadas desde la perspectiva más misógina y humillante supone un insulto.
La feminidad no forma parte de las mujeres, sino de la cultura patriarcal.
Las mujeres no somos la violencia, somos la rebelión.
Por tanto,
DENUNCIAMOS
Que la feminidad y la masculinidad son construcciones sociales para mantener la jerarquía sexual que se impone a través de todas las violencias que forman el terrorismo machista y que las mujeres sufrimos por ser mujeres, entre las que destacan:
Violencia machista y vicaria: La masculinidad es dominación y la feminidad es sometimiento. Las mujeres somos maltratadas porque para los hombres nuestra obligación es cuidar, servir y consentir. En muchos casos no disponemos de recursos suficientes para abandonar el domicilio que compartimos con nuestro maltratador. Las medidas de protección no son efectivas. La justicia y sus instituciones favorecen al maltratador, permitiendo que siga ejerciendo violencia a través de las hijas y los hijos con custodias compartidas y visitas sin vigilancia.
Violencia sexual y pornificación de la cultura: En el patriarcado el sexo se entiende como una relación de poder y sometimiento, donde a la mujer se le asocia la ausencia de deseo y el papel de objeto mientras que el hombre asume el control de las relaciones. La pornografía lleva al extremo esta dinámica y replica las fantasías más violentas contra nosotras, que llegan a los menores entre los 8 y 12 años y cuyo modelo está siendo adoptado por todas las facetas de nuestra cultura, banalizándola.
Explotación reproductiva: Nuestro papel en la reproducción es instrumentalizado social, política y económicamente tratando a las mujeres como proveedoras de óvulos y de bebés. Nuestra legislación permite la compra de menores en el extranjero y el comercio de óvulos en nuestro país. Cada año, más de 15 000 mujeres se ven coaccionadas para vender sus óvulos sin ningún registro, investigación ni seguimiento de su salud después de extraer 20 óvulos de una sola vez. Nuestra salud importa, nuestros derechos sexuales y reproductivos importan y se basan en el fin de la violencia obstétrica y en el acceso al aborto seguro, legal y gratuito, no en mercadear con nuestros cuerpos.
Lesbofobia: Las lesbianas somos convencidas cada vez más jóvenes de que nacimos en un cuerpo equivocado por no cumplir con los estereotipos basados en el género que se nos imponen como mujeres, provocando una disforia que nos conduce a hormonarnos y mutilar nuestros cuerpos para vivir como hombres y encajar así en el sistema heteronormativo sexo-género. Las usuarias del Servicio Público Trànsit en Cataluña han aumentado en los últimos 6 años un 5700 % entre las menores de entre 10 y 14 años, según su informe.
Racismo: Ser mujer no es ser esclava. No es innato ni genético vivir a la sombra de un racismo institucional y burocrático. Las mujeres migrantes somos cebo fácil para mafias, empresarios sin escrúpulos y los hombres de nuestras propias familias. El racismo y la religión se utilizan como armas para manipularnos y nos empujan a adoptar nuestra opresión como una identidad.
Ante todo esto, nosotras, las mujeres, como sujeto político del feminismo,
EXIGIMOS
Que se explique en qué se han invertido los presupuestos destinados a Igualdad y que se dejen de desviar los fondos del Pacto de Estado a causas ajenas a la erradicación de la violencia machista. Que se apliquen las leyes que impiden asignar custodias compartidas y visitas sin vigilancia a hombres condenados por maltrato.
Que se derogue cualquier normativa que permita que hombres se acojan a medidas y espacios pensados expresamente para proteger a las mujeres.
Medidas encaminadas a la erradicación de la pornografía, entendiéndola como explotación sexual y escuela de violadores que insensibiliza a los jóvenes ante prácticas violentas y de maltrato contra las mujeres.
La aprobación de la Ley Orgánica por la Abolición del Sistema Prostitucional, presentada como Iniciativa Legislativa Popular por la Plataforma Estatal de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución, y a la que nos adherimos todas las feministas.
El fin de la precariedad en las condiciones laborales de las profesiones más feminizadas. No es nuestra vocación satisfacer los deseos de nadie ni estos pueden ponerse por encima de nuestros derechos como trabajadoras. La alianza entre capitalismo y patriarcado es la herramienta criminal que nos mantiene oprimidas.
Que se derogue de manera inmediata la Instrucción 2010 que permite comprar menores en el extranjero, se reforme la Ley 14/2006 que permite el comercio de óvulos en nuestro país, se regule por decreto el registro de donantes y se haga un seguimiento de la salud de las mujeres que han vendido sus óvulos.
Que se deje de tratar como “infancias trans” lo que realmente es homosexualidad y disidencia frente a los mandatos de género. Las políticas transgeneristas son sexistas, son terapias de conversión, son lesbofobia.
Exigimos una institución que observe el cumplimiento de los derechos humanos en las mujeres inmigrantes, tanto para protegernos contra el racismo cotidiano como para evitar que nuestros derechos se vean vulnerados en función de nuestro origen. Rechazamos que las mujeres migrantes seamos tratadas como un colectivo aparte. El feminismo es laico e internacionalista.
Por todo ello,
CONCLUIMOS
No somos mercancía ni objeto de consumo.
No estamos aquí para "poner el cuerpo", somos nuestro cuerpo y merecemos respeto.
El lenguaje será inclusivo cuando deje de asociar lo femenino a lo negativo, cuando deje de borrar nuestra realidad con un "todes" que no nos representa, nos anula.
Las mujeres somos el femenino plural, somos la mitad de todo, pero nos imponen que seamos las responsables del 100 % y nos dejan las migajas de los Derechos Humanos.
Las mujeres somos diversas porque somos personas. Lo único que tenemos en común es haber nacido hembras de la especie humana.
El feminismo es nuestra lucha, no otra identidad manipulable.
Somos mujeres, no un conjunto de estereotipos sexistas. La feminidad no nos define, nos oprime.
¡SER MUJER NO ES UN SENTIMIENTO!