“...las mujeres no se hallarán libres de violencia hasta que exista igualdad, y la igualdad no se conseguirá hasta que la violencia y la amenaza de la violencia desaparezcan de las vidas de las mujeres”.
Panel Canadiense sobre Violencia Contra la Mujer, 1993
Imagen: Dainis Graveris
La violencia obstétrica es hoy día un grave problema global de salud pública. La investigación desde la perspectiva feminista y cómo afectan las desigualdades en la salud de las mujeres es uno de los pilares fundamentales de la agenda feminista.
La medicina incurre habitualmente en sesgos de género o sesgos sexistas* que pueden clasificarse en tres tipos:
Sesgos que asumen erróneamente que la situación de salud de las mujeres y los hombres y sus riesgos son similares (cuando son diferentes).
Sesgos que asumen erróneamente que los procesos de salud de las mujeres y los hombres son diferentes (cuando realmente son similares).
Sesgos sexistas en problemas de salud propios de las mujeres. La tradición médica cae frecuentemente en el esencialismo biológico, que posiciona a las mujeres únicamente desde su función reproductora, considerándolas como un grupo de riesgo universal en función de su capacidad reproductiva, ignorando la muesca que produce en los cuerpos de las mujeres la realidad social del género, es decir ‘las lesiones de vida’ (término acuñado en antropología por Finkler, 1994). Dentro de este tercer tipo de desigualdades en el abordaje de la salud, podemos incluir la violencia obstétrica.
¿Qué es la violencia obstétrica?
La OMS advierte que el panorama actual en torno a este tipo de violencia es alarmante y cada vez hay un número mayor de investigaciones sobre las experiencias de las mujeres en el embarazo y, en particular, el parto. Muchas mujeres en todo el mundo sufren un trato irrespetuoso, ofensivo o negligente durante el parto. Pero la violencia obstétrica va mucho más allá del esto, es cualquier tipo de violencia que implica la apropiación del cuerpo y de los procesos de las mujeres por parte del sistema sanitario que pasa por la medicalización y la patologización de procesos naturales, socavando la autonomía de la mujer e infantilizando sus vivencias. El maltrato y la violencia contra la mujer no solo violan el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia, sino que también pueden poner en peligro su derecho a la vida, a la salud, a su integridad física, su intimidad, su autonomía y a no sufrir discriminación.
Existen distintos tipos de violencia obstétrica: física, farmacológica, psicológica e incluso social.
Dentro de la violencia física se encuentran algunas maniobras ampliamente discutidas como la episiotomía (incisión quirúrgica en la zona del perineo durante el parto). Las técnicas médicas son beneficiosas cuando se usan de forma prudente, se estima que el uso de este procedimiento es necesario en el 10-15% de partos eutócicos. Sin embargo, en el último informe del observatorio de salud de Asturias sobre Atención Sanitaria al Parto y al Nacimiento (2016), vemos que se realizó una episiotomía al 35% de las mujeres durante partos sin complicaciones (casi tres veces más de lo justificable por criterios médicos). Es un hecho relevante puesto que esta técnica puede terminar en complicaciones como desgarros rectales y uretrales e incluso con secuelas permanentes que afectan a la calidad de vida de las mujeres. Otro ejemplo frecuente es la inmovilización en la camilla ginecológica durante el parto, impidiendo posturas más fisiológicas que ayuden a calmar el dolor y favorezcan la progresión del bebé en el canal del parto.
No solo se trata de violencia física contra las mujeres, también farmacológica. Uno de los paradigmas del uso innecesario o imprudente de fármacos es la terapia hormonal sustitutiva (pastillas de hormonas para la menopausia), que se siguen utilizando a pesar de que la evidencia científica desaconseja su uso debido al balance del riesgo-beneficio. Este tratamiento solo debería usarse en casos concretos, puesto que no está exento de efectos secundarios: se asocia al riesgo de cáncer de ovario y mama y enfermedades cardiovasculares, entre otros. La menopausia es un proceso natural biológico que tiene un enorme impacto emocional en la vida de las mujeres. Este impacto negativo está provocado en parte por la presion social, y es convertido en un nicho de mercado;llevando a la medicina y a la industria farmacéutica a lucrarse a costa del cuerpo de las mujeres. Así lo menciona de forma ácida Marta Sanz en su novela ‘clavícula’, donde reflexiona sobre la menopausia y señala ‘Soy una clienta perfecta a la que le quieren vender pastillas para todo. Pastillas porque no quiero y pastillas si quiero demasiado.
Comentarios machistas, infantilización de las opiniones de la mujer, censura de las reclamaciones, son algunas de las violencias psicológicas enmarcadas en el ámbito de la obstetricia. Además, este tipo de violencias suelen relacionarse con la discriminación por etnia, clase u orientación sexual.
Todo este tipo de maltrato sistemático se encuentra bajo el paraguas de la violencia obstétrica institucional, es decir, el sistema que permite que se convierta en enferma la mujer sana, que no investiga en salud desde un punto de vista feminista, que no aplica políticas sociales específicas y que oculta todas las dinámicas de poder subyacentes. Poco a poco vamos viendo un poco de luz al final del túnel, cada vez son más los organismos que implantan políticas para la mejora en la atención a la salud de las mujeres e incluso comienzan a verse las primeras condenas en este ámbito (como la noticia que conocimos en marzo de este año: primera condena de un tribunal internacional a España por el maltrato y la mala praxis que una mujer recibió en su parto).
Es preciso investigar alternativas a la tendencia biomédica de interpretar las transiciones naturales del cuerpo desde la perspectiva de enfermedad, dar un enfoque feminista a la salud e informar a las mujeres sobre los derechos que poseen sobre sus cuerpos para fomentar el espíritu crítico en torno a este tipo de violencia.
*Preferimos la utilización de ‘sesgo sexista’ puesto que el término ‘género’(debido a su desplazamiento semántico a lo largo de los años) puede dar lugar a errores conceptuales. Es importante distinguir correctamente ambos factores, ‘Conceptualizar es politizar’ (como titula Celia Amorós uno de sus ensayos feministas). Debemos distinguir entre sexo (biología) y género (constructo social basado en el sexo), puesto que ambos elementos operan como factores de riesgo independientes, pudiendo actuar también interrelacionados el uno con el otro. Son términos distintos y no intercambiables, a menudo confundidos por error o ex profeso.
Puedes encontrar la ibibliografía utilizada para redactar este artículo aquí:
Informe OMS: Enfoque basado en los derechos humanos del maltrato y la violencia contra la mujer en los servicios de salud reproductiva, con especial hincapié en la atención del parto y la violencia obstétrica . https://saludmentalperinatal.es/wp-content/uploads/2019/09/A_74_137-ES.pdf
Prevención y erradicación de la falta de respeto y el maltrato durante la atención del parto en centros de salud. OMS https://www.who.int/reproductivehealth/topics/maternal_perinatal/statement-childbirth/es/
Sesgos de género en la Atención Sanitaria. María Teresa Ruiz Cantero. Serie Nueva Salud Pública. Escuela Andaluza de Salud Pública . http://www.sspa.juntadeandalucia.es/ep-escuelasaludpublicaproject/sesgos-de-genero-en-la-atencion-sanitaria-serie-nueva-salud-publica/
El encarnizamiento médico con las mujeres (50 intervenciones saniarias excesivas y cómo evitarlas) – Juan Gervás y Mercedes Pérez-Fernández. ISBN 978.84-18236-08-2 Los libros del Lince, edición febrero 2020.
Informe 2010-2014, de 21 de enero de 2016, sobre Atención Sanitaria al Parto y al Nacimiento en los Hospitales del Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA).OBSA. https://obsaludasturias.com/obsa/informe-sobre-atencion-sanitaria-al-parto-y-al-nacimiento-en-los-hospitales-asturianos/
Noticia en prensa: La ONU reprueba a España por violencia obstétrica tras la denuncia de una mujer a un hospital público: https://www.elpartoesnuestro.es/blog/2020/03/09/condena-historica-la-onu-condena-al-estado-espanol-y-le-exige-combatir-la-violencia-obstetrica
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