top of page

COMUNICADO: DENUNCIAMOS LA AGRESIÓN DEL 8M Y LOS ATAQUES DIFAMATORIOS CONTRA RAPIEGAS.

  • Foto del escritor: rapiegasradfem
    rapiegasradfem
  • hace 2 días
  • 3 Min. de lectura

El pasado 8 de marzo, durante la manifestación en Gijón, dos personas se acercaron a nuestro grupo a increparnos y amenazarnos, llegando una de ellas a agredir físicamente a una compañera que marchaba junto a nosotras, causándole lesiones. Aunque la mujer agredida no forma parte de nuestra asociación, compartía con nosotras el mismo espacio y las mismas reivindicaciones feministas.


Tras los hechos, se difundieron acusaciones falsas que intentan presentarnos como agresoras, lo que supuso un intento de difamación hacia nuestro colectivo. Ante la gravedad de la situación, decidimos actuar de manera responsable y por la vía legal. La justicia ya ha dictado sentencia condenatoria contra una de las personas agresoras, confirmando así lo ocurrido. Optamos por la sensatez y no por el ensañamiento público, confiando en la verdad y en los procedimientos judiciales.


Nos preocupa profundamente el silencio social que rodeó esta agresión, e incluso cómo algunas voces intentaron justificar la violencia ejercida contra mujeres en su propia manifestación. ¿Podemos seguir hablando de “espacios seguros” cuando se normaliza la agresión a mujeres por expresar consignas feministas?


Este caso demuestra lo fácil que es propagar bulos sin base real, que se difunden y calan en la sociedad sin espíritu crítico. Una vez más, el foco del ataque recae sobre el feminismo, que se limita a defender los derechos de las mujeres desde la realidad material y política del sexo.

Recordamos que la organización que inicialmente difundió un comunicado con acusaciones falsas se vio obligada a retirarlo, publicando posteriormente:

“Retiramos el comunicado en lo referente a los sucesos del 8M. Nos mantenemos a la espera de que los procesos judiciales pertinentes se lleven a cabo y de lo que dictamine el juez.”

Las mujeres estamos hartas de sufrir una injusticia patriarcal que, durante siglos, se ha utilizado para oprimirnos. Es bien sabido que, incluso hoy en día, seguimos siendo vilipendiadas dentro de juzgados. No obstante, en este caso sí se ha hecho justicia: se ha reconocido la realidad de los hechos probados, fuera de toda posible manipulación, lo cual marca un precedente importante dentro de la lucha por la protección de las mujeres.


Queremos dejar claro que somos las feministas las que sufrimos agresiones incluso dentro de nuestras propias manifestaciones, quedando patente que son otros colectivos quienes vienen a coartarnos nuestro derecho a la reivindicación y la libertad de expresión.


Por qué, si según estos discursos somos “tan agresivas”, ¿Dónde están los registros, los testimonios verificados, los vídeos, las actuaciones policiales o judiciales que prueben que hemos agredido nosotras, o que hemos vulnerado espacios ajenos?


Lo que sí ocurre, y hay registros, es que en manifestaciones feministas —en nuestros espacios— somos verbal y físicamente agredidas, insultadas, confrontadas, incluso atacadas por quienes se contra-manifiestan o se posicionan contra nosotras. Eso es lo que podemos documentar y lo que exigimos que se reconozca: nuestra experiencia no es invento, es violencia real en espacios que deberían protegernos.


En muchas ocasiones, estas agresiones se intentan justificar bajo el argumento de que expresamos ideas como “ser mujer no es un sentimiento”. Sin embargo, reconocer la realidad material del sexo no implica negar la dignidad ni los derechos de nadie. Defendemos que el debate no puede resolverse con violencia ni con la censura de las mujeres que alzan la voz para hablar desde su propia experiencia.


Hoy los hechos y la justicia hablan por sí solos: Al feminismo se le agrede, pero el feminismo responde con razón, con hechos y con justicia.


Resulta doloroso comprobar que incluso en espacios que deberían ser seguros para todas, la violencia contra las mujeres sigue apareciendo, a veces disfrazada de discurso o de ideología. El feminismo nació para liberar, no para silenciar ni someter. Por eso recordamos que ningún movimiento que niegue la realidad y la experiencia de las mujeres puede llamarse inclusivo.


Rapiegas – Asociación Feminista Asturiana

Asturias, 14 de octubre de 2025




Comentarios


bottom of page